Atrévete
a robarte
las confesiones de los amaneceres,
el despertador de las seis de la mañana
-aunque aún viva la noche-
y la mirada triste de la ausencia.
Atrévete a soportarlo
y no dejes que él se de cuenta.
Será un robo de aguante
blanco.
De Rastros perdidos
José Luis Nieto Aranda
José Luis Nieto Aranda
Me ha parecido genial el poema que has subido. Y me quedo un rato recorriendo tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo
Mario