LA CASADA INFIELAtrévete
a robarte
las confesiones de los amaneceres,
el despertador de las seis de la mañana
-aunque aún viva la noche-
y la mirada triste de la ausencia.
Atrévete a soportarlo
y no dejes que él se de cuenta.
Será un robo de aguante
blanco.De Rastros perdidos
José Luis Nieto Aranda